martes, 26 de diciembre de 2023

Re-Conexión


En medio de colores de tonos acordes a la aterciopelada medianoche del lugar. Caminando por la calzada, mientras se atusaba con un ritmo sostenido el bigote, las luces artificiales iluminaban su rostro desde el cénit al paso de su andar con cierta premura ante la perspectiva del refugio del hogar. 

Su cabello ondulado, volaba en la acuciada bajada por la que seguía. Y los farolillos como extraños duendes danzantes con timidez conferían una cierta intimidad a la escena, de otra manera oscura y solitaria. Sus pensamientos, a un ritmo a veces mayor a veces menor al de sus pasos, volaban de aquí para allá, entre horizontes lejanos y otros mucho más immediatos.

sábado, 10 de junio de 2023

Messina, culturas entretejidas

Messina, unas cuantas vidas multi-identitarias


Una lechuza levanta el vuelo bajo un sol cada vez más llano, desdibujandose en el horizonte recortado por bravías olas de las dormitantes Escila y Caribdis. Deidades que según el mito eran responsables de las fuertes corrientes que ocasionaron habituales naufragios en el estrecho de Mesina.

Andrómaca, recuerda viejos tiempos mientras el día da paso al ocaso. Cuenta a sus ahijados, historias de pasados no tan remotos. Cuando en la isla, solo se conocía la separación humana entre tres pueblos. Bajo la atónita mirada de los rapaces, recorren imágenes variopintas de hombres de naciones inexistentes. Lo que Andrómaca conoce, es que un día en Italia, bravos guerreros que tomaron las aguas desde el lejano oriente pusieron pies en una prácticamente salvaje ínsula. 
Estos, los sículos, eran los más cercanos en linaje y familia, a Andrómaca, y aquellos moradores de la actual Messina. 

Estamos a caballo entre el siglo IV y el siglo III a. C. La isla de Andrómaca ha protagonizado una de las mayores transformaciones nunca vistas en el Mare Nostrum. Andrómaca, sigue con su relato, el fuego empieza a crepitar la noche será larga, pero el día esconde un escenario tumultuoso. Un choque entre culturas difícilmente aplacable el preludio de la fatídica primera Guerra Púnica.

Hubo un tiempo donde los colores para diferenciar una tierra de otra no eran tan evidentes. Allá en los albores del siglo XV a.C. según fuentes como Díodoro Sículo o Tucídides. Aquellos Sículos (siculī) dominaban el este, los Sicanios (sicānī)  se adjudicaron el centro de la ínsula, dejando la parte oeste para los Elimios (elymiī). Se dice que tradicionalmente emigraron de tierra interiores de Italia, expulsados después de varias guerras, y en un proceso migratorio que les llevaría a donde nos encontramos. Durante un lapso de tiempo gobernaron, dedicando su economía a la agricultura y organización tribal, antes de que otras culturas más poderosas los absorbieran. Fue así como el helenismo se abrió pasó como el espolón de un quinquerreme sobre calmadas aguas. Pero eso estaba cambiando a un ritmo vertiginoso la sombra de Roma crecía y así como una conífera ahoga un arbusto, Cartago la imperiosa, no permitiría que eso sucediera. En el centro Messina, un núcleo urbano entre dos civilizaciones en choque.

Andrómaca, tras una breve pausa reclinándose sobre triclinio del andrón, sala amueblada con ricos muebles de ciprés y olivo tenuemente iluminada con las lámparas de bronce y aceite. Con un gesto indica a Alcides, su esclavo más leal que vierta más, vino de Campania. Andrómaca forma parte de una oligarquía que pronto verá como sus lujos pasarán a nuevos manos, suele suceder así. Cartago extiende sus manos, pronto el mediterráneo verá un duelo de titanes, los mamertinos se han revelado.

Sicilia era una isla de interés geopolítico claro, los antecesores de Andrómaca, Mesana era un punto estratégico, construido en el extremo nororiental de Sicilia, y lugar de paso con el continente junto con Regio habitada por un pueblo pacífico. Andrómaca, al amanecer habrá sido desterrada juntos con sus ahijados, la ciudad convertida en una base militar de los mercenarios, piratería y pillaje su nuevo producto interior, y la venta de cautivos. Acuñaron moneda con imágenes de sus dioses. Se expandieron antes por la isla antes de que Siracusa bajo el mandato de Hierón tomara cartas en el asunto.

Mesina adopta el nombre por la inmigración de mesenios desde el Peloponeso, o Regio, polis bajo el mandato de Anaxilao de Regio que recordó su antigua patria para escoger curioso nombre. A pesar de sus raíces itálico tribales el período griego sería el más remarcable previo a la conquista romana. Pasó a muchas manos de reyes griegos, algunos de la zona de Regio, otros de Siracusa, polis más importante de la ínsula, otros de la lejana Atenas. Saqueada y destruida por Cartago, fue repoblada bajo el mandato de Dionisio I de Siracusa, centro de influencia con poder centralizado en tiranos y oligarcas. En estos tiempos, los de Andrómaca, Mesana, en el extremo oriental de la isla, carecía de la influencia y poder de su hermana mayor Siracusa, en este instante de la historia gobernada por Hierón de Siracusa.

La influencia griega de la isla, con su epicentro en Siracusa, se traducía en un escenario social estratificado para hombres y mujeres. Las mujeres como Andrómaca a pesar de formar parte de la oligarquía, veían su esfera de influencia relegada exclusivamente a tareas doméstica y en lo religioso. Los hombres tenían la voz cantante. Menos curiosamente cuando el varón “facilitaba” jóvenes amantes a sus esposas con lo que no sólo garantizaban una “diversión extra” sino que además otorgaban al hijo doble herencia y todos contentos.

La religión eminente en Mesina en esta época era la que dominaba todo el panteón griego extensamente conocido. Dioses antropomorfos, tan parecidos a los hombres que los relataban, que muchos matrimonios podrían sentirse bien intranquilos, ante un potencial adulterio llegando al alarmante incesto divinizado o la pedofília más corriente. El peso del libre pensamiento y la filosofía tuvo sus días mejores y sus declives, no se practicaba de la misma manera en todas las polis pero todas tenían algo en común: estaba sustentado bajo una ingente base esclava, que hasta el más pequeño candil sostenía para abrigar hogares de patios descubiertos al cielo. Afortunados y con gusto si podían disfrutar de pequeños placeres dependientes de la generosidad de sus propietarios, siempre y cuando fueran los elegidos en un fértil comercio de esclavos. 

Nuestra ciudad, amurallada en alguna ocasión, 
siempre estuvo a la sombra de otras grandes, como las del Regio, en la península Itálica, o la ya mencionada Siracusa, que ejercían la mayor de las influencias. Estas como cualquier pueblo griego consideraban el ocio un pilar en la vida diaria y de las creencias que disfrutaban. La dramaturgia fue uno de los más ingeniosos inventos que hemos heredado de estos pueblos, actualmente el yacimiento más importante de la provincia de Messana, Taormina, conserva un anfiteatro en impresionante estado de conservación.

Andrómaca, forma parte de esta sociedad en nuestra historia, su habitual “atrezzo” lo forman dos piezas de ropa, el peplo y la túnica, le primera como ropa interior y la segunda, exterior. Estas piezas podrían en alguna ocasión ser intercambiadas entre sexos. Solía como era habitual a una dómina de su clase, adornar su rizada cabellera con extensos y aparatosos peinados, las joyas debían ser visibles. Pero depende el día, perfilaba el lóbulo de sus orejas, o se enroscaban cual reptiles entre piernas o brazos, y muchas de estas veces alrededor del cuello. Se creía que las mujeres en el ámbito de esta cultura,  ya usaban sostenes de distintos tipos interiores o visibles, a menudo remarcando las formas de los pechos.

Anfiteatro de Taormina - província de Messana. El mar Jónico enfrente y, al fondo, la cumbre del volcán Etna.

Aunque pasaron diversas civilizaciones, se conservan principalmente vestigios romanos